La esperanza de vida en Estados Unido está disminuyendo por primera vez en en 50 años

Un análisis de once países ricos concluyó que Estados Unidos tiene un sistema de salud injusto y difícil, y en términos generales es peor que cualquiera de los países analizados.

Según un estudio del Imperial College de Londres y la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el que se han analizado el promedio de vida de los habitantes de 35 países industrializados, se establece que para el año 2030 Estados Unidos será el país rico con menor esperanza de vida. ¿Estamos, pues, ante una evidencia directa de que el sistema de salud pública estadounidense es un desastre?

Drogas

La economía puede estar creciendo y el mercado de valores está en auge, pero los estadounidenses se están muriendo más jóvenes: viven vidas más cortas que las generaciones anteriores y mueren antes que sus contrapartes de todo el mundo.

Según las estadísticas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la esperanza de vida promedio al nacer en los Estados Unidos disminuyó en 0.1 años, a 78.6, en 2016, tras una caída similar en 2015. Esta es la primera vez en 50 años que la esperanza de vida ha disminuido durante dos años consecutivos. En otros 25 países desarrollados, la esperanza de vida en 2015 promedió 81.8 años.

El abuso de sustancias tóxicas podría estar detrás de los motivos de este retroceso en la esperanza de vida. Pero no hay que desviar el foco del sistema de salud, pues también se evidencia la falta de respuesta de éste frente a las sobredosis y otros problemas asociados.

Atención médica

Con el 4 por ciento de la población mundial, Estados Unidos representa el 27 por ciento de las muertes por sobredosis en el mundo. La Unión Europea, con una población de 507 millones, informó de 6.800 muertes por sobredosis en 2014, en comparación con 47.055 en los Estados Unidos. Eso a pesar, incluso de las duras condiciones económicas de algunos países de Europa: en 2016, Francia y España tuvieron tasas de desempleo de 10.1 y 19.6 por ciento, respectivamente, en comparación con 4.9 por ciento en los Estados Unidos.

Una de las razones es que Estados Unidos no cuenta con redes de seguridad social sólidas que amortigüen los efectos de las recesiones y la pérdida de empleos, como lo hacen otros países. Otra razón es la forma en que funciona el sistema de atención médica de los Estados Unidos.

Esto puede parecer sorprendente dado que los estadounidenses mayores de 65 años disfrutan de una cobertura de seguro de salud universal: Medicare. Pero este servicio ofrece menos protección contra los costes de las enfermedades y menor acceso a los servicios si lo comparamos con la mayoría seguros del resto de países occidentales. En una reciente encuesta internacional, los estadounidenses tenían mayor probabilidad de informar de que tenían tres o más enfermedades crónicas que sus contrapartes en otros 10 países con altos ingresos per cápita. Al mismo tiempo, una probabilidad cuatro veces mayor que las personas mayores en países como Noruega e Inglaterra de que se saltaran la atención médica debido a los altos costes de ésa.

Al parecer, Medicare no es un seguro muy bueno en comparación con lo que está disponible en la mayor parte del mundo occidental. Lo cual no deja de ser irónico: en uno de los países más ricos del mundo la esperanza de vida está disminiyuendo, en vez de aumentar.

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