Bob Dylan, las cigarras y los números primos

¿Conocéis la canción de Bob Dylan Day of the Locusts? Se cuenta que la inspiración para escribir esta canción le llegó a Dylan en 1970, cuando estaba en la Universidad de Princeton para recoger un doctorado honorífico: al parecer, en los alrededores de la universidad hay un bosque en el que cantan las cigarras.

Sin embargo, estas cigarras tenía algo muy particlar, como muchas otras especies que solo se encuentra en el este de Estados Unidos: han adaptado sus ciclos vitales a los números primos (números que sólo se pueden dividir por ellos mismos y por 1: 2, 3, 5, 7, 11, 13, 17, etc.). Durante 17 años (un número primo), estas cigarras que inspiraron a Dylan permanecen ocultas bajo tierra, simplemente recogiendo nutrientes.

Y entonces, pasados justo 17 años, durante el mes de mayo que Dylan estaba en Princeton, salen al exterior para cantarse unas a otras, tratando de encontrar pareja. El concierto es tan escandaloso (aparece medio millón de cigarras en cada hectárea de tierra) que muchos vecinos de la zona deben mudarse de allí durante ese momento, que afortunadamente sólo se produce cada 17 años.

Y no es ninguna exageración lo de mudarse: algunas especies alcanzan los 120 decibelios, el equivalente a un concierto de rock. Se oyen a casi 2 kilómetros de distancia. Este sonido lo consiguen realizando una serie de chasquidos doblando un par de membranas, llamadas “timbales”, situadas en el abdomen. Su cuerpo amplifica las vibraciones, como el cuerpo de una guitarra.

Pero ¿por qué 17 años? ¿Por qué exactitud? ¿Cómo lo hace la cigarra para saber que la Tierra ha dado la vuelta al sol 17 veces?

Otros números primos

Lo más sorprendente de estas cigarras que se guían por el número primo 17 es que no son la única especie que se guía por un número primo. Otras especies de cigarra, por ejemplo, prefieren el número 13. Y otras pocas especies, el número 7.

Más sorprendente aún es que si una cigarra de 17 años sale antes de tiempo, no sale unos días antes, ni siqueiera un año, sino que se adelanta 4, para salir como si fuera una cigarra de 13 años. Es decir, estas cigarras sólo aparecen cuando coincide la cifra con un número primo.

La teoría de esta sincronía tan específica y sobrenatual con los números primos la explica así el catedrático de matemáticas de la Universidad de Oxford Marcus du Sautoy en su libro Los misterios de los números:

Hasta la fecha, la mejor teoría para explicar el ciclo de vida de las cigarras, basado en un número primo, es la posible existencia de un depredador que también solía aparecer periódicamente en el bosque, coordinando su llegada para que coincidiera con la de las cigarras y dándose el festín con los insectos recién aparecidos. Aquí es donde irrumpe la selección natural, porque las cigarras que regulan sus vidas con un ciclo que es un número primo se encontrarán con los depredadores con mucha menos frecuencia que las cigarras con un ciclo que no es un número primo.
Supongamos, por ejemplo, que los depredadores aparecen cada 6 años. Las cigarras que aparecen cada 7 años sólo coincidirán con los depredadores cada 42 años. En cambio, las cigarras que aparecen cada 8 años coincidirán con los depredadores cada 24 años; y las cigarras que aparecen cada 9 años coincidirán con mucha más frecuencia cada 18 años.

Así de especiales son algunos números para algunas especies animales, incluida la humana, que también tiene sus más y sus menos con determinados números a nivel psicólogo y hasta práctico.

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