¡Plop! Lugares que desaparecerán dentro de muy poco... a causa de la arena

Otros lugares no están amenazados por el agua sino por la arena.

Es el caso de la ciudad de Chinguetti y su mezquita, en Mauritania. Puede que esta ciudad no os suene de nada, pero en la Edad Media era un punto neurálgico en el que convergían muchas rutas comerciales, sobre todo de oro y marfil.

Su mezquita, además, alberga la colección de textos islámicos más valiosa del mundo. La ciudad ya fue rescatada de la arena en 2003 gracias a la UNESCO: se retiraron 3,5 metros de tierra. Pero el viento continúa expandiendo el Sáhara. Pronto, su mezquita, que data del silgo XIII y es uno de los siete lugares santos del Islam, será enterrada.

También está siendo enterrada otra ciudad: Kolmannskuppe. En este caso es el desierto de Namibia es que está recuperando lentamente su terreno, borrando todo rastro humano. Esta pequeña ciudad fue levantada por los alemanes, cuando Namibia era colonia alemana, en 1908.

Los germanos estaba sumamente interesados en esta región por sus ricos yacimientos en diamantes, que explotaron a conciencia: durante la Primera Guerra Mundial se calcula que extrajeron una tonelada de gran calidad.

Mucho dinero que acabó transformando la colonia en un lugar de lujo, con sus mansiones, salones de baile, casinos o restaurantes. Incluso un hospital que contó con el primer aparato de rayos X de África: a los alemanes les interesaba detectar que ningún minero se tragara los diamantes para hurtarlos. Hoy en día, sin embargo, la ciudad está abandonada y las dunas del desierto la están sepultando poco a poco. Como si de una inundación se tratara, la arena corre por los pasillos y las habitaciones de las casas. Como si la ciudad estuviera construida en el interior de un reloj de arena.

Tal suerte es la misma que están corriendo otros pueblos que sirvieron de asentamiento para explotaciones mineras sudafricanas, como Oranjemunden o Elisabethbuch.

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