Todos tenemos una nube de bacterias que nos rodea y nos define

En los dibujos animados, cuando algo o alguien atufa acostumbra a estar rodeado de una especie de nube oleaginosa que, hasta que no alcanza las fosas nasales, no se huele. Algo así es lo que rodea a cualquier ser humano a nivel bacteriano. Y además resulta tan personal e intransferible que incluso te identifica como lo hace una huella dactilar.

Esto es lo que sugiere un estudio llevado a cabo por un equipo de la Universidad de Oregón. Para realizar el estudio los investigadores han analizado la presencia de diversos grupos de bacterias (como los Streptococcus, las Propionibacterium o las Corynebacterium) en 312 individuos aislados en una cámara estéril.

Después de secuenciar hasta 14 millones de muestras descubrieron esta nube característica cuya función aún se desconoce. Además,proporción, número y género de bacterias son factores únicos en cada individuo, proporcionándole una suerte de atmósfera propia.

En un futuro, por ejemplo, a través de esta particularidad sería posible, al menos teóricamente, determinar si una persona ha estado recientemente en una habitación con un simple análisis de una muestra de aire. También podría ayudar a comprender los mecanismos implicados en la propagación de enfermedades infecciosas en los edificios.

Y es que somos más una bacteria que un ser humano. Tenemos 25.000 genes contenidos en nuestras células, pero poseemos 20 veces más de genes no humanos procedentes de las bacterias. Las bacterias que viven en nuestro cuerpo, y se aprovechan de él, superan en número a nuestras propias células constituyentes. La proporción es de más de 10 a 1.

Vía | Gizmodo
Imagen | NIAID

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