El sistema visual de estos insectos es más rápido que el de cualquier vertebrado estudiado hasta ahora

Los zigópteros (Zygoptera) son un suborden del orden Odonata conocidos vulgarmente como caballitos del diablo o también llamados Galáctico por sus colores metálicos. Su forma de cazar es la siguiente: vuela como un helicópter y, de repente, se lazan hacia la presa a gran velocidad.

No deben confundirse con las libélulas, aunque se parecen mucho en apariencia. Un nuevo estudio, además, sugiere que proceceden de un mismo ancestro y que ahora sus estrategias de caza han divergido.

Depredadores

Una nueva investigación muestra que estos dos depredadores comparten algo más profundo que su apariencia. En un estudio publicado recientemente en Current Biology, González-Bellido y sus colegas revelan que los sistemas neuronales detrás de la visión de caballitos del diablo y las libéluas tienen un ancestro común que vivió antes que los dinosaurios. Pero a lo largo de los milenios, este cableado cerebral se ha adaptado de diferentes maneras en cada criatura, permitiendo estrategias de caza radicalmente diferentes.

Para las criaturas voladoras, la visión rápida y precisa es crucial para la supervivencia. Investigaciones recientes sugieren que las aves rapaces que vuelan más rápido también ven cambios en su campo de visión más rápidamente, lo que demuestra el vínculo entre la velocidad en el ala y la velocidad en el cerebro.

El orden de los insectos de los que proceden los caballitos del diablo y las libébulas ya volaban antes que las aves, y su visión es más rápida que la de cualquier vertebrado estudiado hasta ahora.

Para cazar, los registros realizados por González-Bellido muestran que las libélulas se elevan en línea recta para capturar insectos desprevenidos desde abajo, casi como si su presa hubiera pisado una mina terrestre. De este modo, las libélulas atrapan a sus presas el 97 por ciento del tiempo.

Pero si las libélulas cazan de forma ligeramente distinta a los caballitos del diablo parece que sea simplemente por la ubicación de los ojos. Los ojos de los caballitos del diablo están a ambos lados de la cabeza, mirando hacia adelante. Los ojos de estas libélulas están en la parte superior de la cabeza, y las neuronas visuales parece que guíen los músculos del ala como si tuviera un solo ojo.

Para observar más de cerca las neuronas que unen la visión y el vuelo, los investigadores equiparon las alas de estos insectos con sensores y les mostraron un video de un punto en movimiento. Descubrieron así que las alas de los caballitos del diablo ven lo que está justo delante de ellas, mientras que la visión de las libélulas se concentra con más claridad justo encima de ellas.

La diferencia más distintiva apareció cuando los investigadores bloquearon la vista de cualquiera de los ojos del ala de una joya usando un parche negro. Si cualquiera de los ojos estaba cubierto, ciertas neuronas se callaron. Estas neuronas recibían mensajes de ambos ojos.

Las libélulas cazan al aire libre, a la luz del sol, donde la precisión es la clave. Los caballitos cazan en las sombras que proyectan las plantas y los árboles, donde usar la visión de dos ojos separados para evitar obstáculos puede ser más importante.

Es decir, que su sistema neuronal compartido que procede de un ancestro común y que puede tener más de 250 millones de años, fue lo suficientemente flexible como para adaptarse a las necesidades de una variedad de criaturas en diferentes épocas y entornos.

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