Cuanto menos atractivo es el criminal, más dura es la sentencia: se condena a los delincuentes feos hasta un 304,88% más

Cuanto menos atractivo es el criminal, más dura es la sentencia: se condena a los delincuentes feos hasta un 304,88% más
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Ya en la Edad Media, cuando dos hombres eran acusados por idéntico delito, el juez condenaba al menos agraciado físicamente de los dos. Y en caso de duda, los feos eran los culpables.

Esta tendencia aún es evidente en los tribunales de justicia: los que tienen defectos faciales suelen ser condenados más fácilmente por jurados populares. Según este estudio, de hecho, existe una relación positiva entre la cirugía estética y la rehabilitación criminal, medida por una disminución de la reincidencia.

Sesgo legal por belleza

Los jueces y jurados se ven afectados por todo tipo de distorsiones cognitivas, como la evidencia emotiva, la hora del día, los evidentes remordimientos del acusado, el estado socioeconómico, la etnia, el género, el efecto de anclaje y el sesgo de contraste.

También la belleza es una distorsión fundamental según la investigación basada por 27 estudios diferentes. Los resultados de tres estudios, por ejemplo, muestran un incremento mínimo del 119,25% y un incremento máximo del 304,88% en las condenas por culpa de este sesgo.

El atractivo tuvo poco efecto en el veredicto de culpabilidad de un juez, aunque también lo tuvo: donde se aprecia mejor el sesgo es en la dureza de la pena, que tiende a ser mayor en los delincuentes poco agraciados.

Por ejemplo, en este estudio que analizó condenas por delitos menores, los jueces condenaron a los delincuentes poco atractivos mucho más que a los delincuentes atractivos. La multa aumentó gradualmente a medida que disminuía el atractivo.

  1. Delitos menores \u003d + 224,87%
  2. Delitos menores moderados \u003d + 304,88%
  3. Delitos menores graves \u003d + 174,78%

Los resultados se muestran a continuación:

Image Test 1

En los casos de homicidio negligente, robo, robo con allanamiento de morada y negligencia civil, los acusados ​​poco atractivos fueron sentenciados más duramente que los acusados ​​atractivos. Sin embargo, para los casos de estafa, el sesgo de atractivo parece tener el efecto contrario.

El sesgo de atractivo también puede afectar los casos civiles. En otro estudio se presentó a los participantes un audio-video que mostraba un caso de negligencia automovilística. El jurado simulado dio consistentemente más veredictos de culpabilidad a los acusados ​​poco atractivos.

Efecto halo

Todo esto sucede debido al llamado efecto halo: en general, las personas atractivas son percibidas como más inteligentes, con más habilidades sociales, personalidades más interesantes, más morales, más altruistas, más propensas a tener éxito, más deseables como gerentes y más competentes.

Por ello, las personas atractivas tienden a tener una mejor salud física, mejor salud mental, mejores experiencias en citas románticas, ganan más dinero, obtiene puestos profesionales más altos, son seleccionadas en entrevistas de trabajo con más frecuencia, se promocionan con mayor frecuencia, reciben mejores evaluaciones laborales y sson elegidas como socios comerciales con más frecuencia que gente poco atractiva. Es decir, que estamos ante una brecha muy profunda: la de la belleza.

Este sesgo inconsciente incluso aparece reflejado [en estudios con neuroimagen](Physical Attractiveness and Femininity: Helpful or Hurtful for Female Attorneys (2015) by Peggy Li). Cuando una persona entra en contacto con una persona atractiva, se activan ciertas partes del cerebro. La actividad en la corteza orbitofrontal medial, la región del cerebro asociada con el procesamiento de emociones positivas, estímulos y recompensas, aumenta en función de las calificaciones de atractivo y bondad moral. De manera similar, la actividad en la corteza insular, una región del cerebro asociada con el procesamiento de emociones negativas y dolor, aumenta como resultado de la falta de atractivo y las calificaciones negativas de bondad.

En consecuencia, tu cara es lo que va a determinar tu éxito en la vida, y una de las mayores fuentes de desigualdad es cómo tu cara encaja en los canones vigentes de belleza:

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