Uno piensa en el aire de los Alpes franceses y se imagina aire puro. Sin embargo, eso no es lo que sucede en todos los lugares de montaña. Hay zonas donde la contaminación es tan elevada que te afecta a los bronquios, te hace llorar los ojos y propiciará que tengas asma.
Y la fuente de contaminación no es ninguna de las que afectan a las grandes ciudades.
Leña
El origen de la contaminación del aire de valle de Arve, por ejemplo, hogar de 150.000 personas, son las chimeneas de las casas. Y, por esa razón, en esta región la contaminación de las partículas finas y ultra-finas (las que se introducen directamente en los bronquios y originan mayor daño, es peligrosamente alta durante un promedio de 40 días al año.
Concretamente, los mayores problemas de contaminación son en invierno. La parte inferior de los valles tiene generalmente el aire más fresco que más arriba, y por ser más frío no se levanta o se dispersa fácilmente, tal y como explica Frank Kelly, presidente de Salud Ambiental en el Kings College de Londres.
Muchas casas tienen chimeneas o estufas de leña, y hasta el 80% de la contaminación del aire procede de estas fuentes. Es decir, que la idea romántica de calentarse al fuego crepitante, no es demasiado sostenible, y saludable si vives en un valle con mucha más gente haciendo lo mismo.
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