Moldeando un logo, un mango de cuchillo y una caca rosa con policaprolactona

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Hace unos días me hicieron llegar 200 gramos de policaprolactona y el vídeo que encabeza esta entrada es el resultado de lo que hice con ella: el logo de Xataka, un mango de cucho con la horma de mi propia mano y una caca de color rosa como la que aparece en la serie de anime Dr. Slump.

Sin embargo, donde la policaprolactona es verdaderamente efectiva (porque solo puede moldearse mientras está caliente, lo que limita bastante el tiempo de moldeado para elaborar figuras demasiado complejas) es a la hora de fabricar piezas útiles o la reparación de objetos de plástico.

Com estos 200 gramos he realizado algunas pruebas, como cofeccionarme una base a medida para una vela, entre otras cosas. Pero al final solo he registrado en vídeo lo que veis. En primer lugar, el logo de Xataka.

Acerca del mango del cuchillo, es lo más fácil de conseguir: basta con embadurnar el mango original con la sustancia, agarrarlo y apretar para que todas las hendiduras de tu mano queden marcadas. De este modo, queda un mango perfectamente personalizado, que encaja solo con su mano.

La cara rosa de la Arale fue una idea para demostrar que la sustancia también puede pintarse o teñirse, e incluso en la mezcla de agua caliente puede añadirse, por ejemplo, purpurina.

Procedimiento

Para convertir el moldeable esta sustancia dura, que es un poliéster alifático biodegradable y no tóxico, basta con calentarlo a 60 ºC. Tiene un punto de fusión tan bajo que yo simplemente puse un vaso de agua en el microondas, lo calenté un minuto, y luego sumergí un puñado de estas bolitas en él. Las bolas se vuelven entonces transparentes y pegajosas. Se unen entre sí y puedes moldear la masa como si fuera barro o plastilina.

A veces, si te pasas con la temperatura, como me ocurre a mí en uno de los segmentos del vídeo, te puedes quemar un poco, pero no lo suficiente como para hacerse daño.

Si moldeando la pieza compruebas que se está endureciendo demasiado, basta con sumergirla de nuevo en el agua caliente durante unos segundos, y volverá a estar blanda. Cuando acabéis, podéis esperar a que se enfríe y se endurezca (cuestión de cinco minutos) o, de forma más ortodoxa, sumergirlo en agua fría.

Naturalmente, si el objeto final no os gusta u os habéis cansado de él, podéis volver a sumergirlo en agua caliente y reutilizarlo para fabricar otro objeto diferente.

Desde aquí quiero agradecer a PlastyPoly, la marca comercial de prolicaprolactona en España, el envío del manterial. Como habréis podido comprobar, no soy particularmente habilidoso con las manos, así que no me tengáis en cuenta los churros que he confeccionado. Si queréis ver verdaderas maravillas, os emplazo a ver estos vídeos, mucho más profesionales y solventes que el mío.

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