Las garrapatas podrían haber hecho a los seres humanos tal y como son: sin pelo y erguidos

Las garrapatas podrían haber hecho a los seres humanos tal y como son: sin pelo y erguidos
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La bipedestación humana representa uno de los primeros eventos en la división evolutiva entre humanos y chimpancés y nos permitió liberar las manos, aunque su base selectiva es un misterio.

Recientemente se ha propuesto una hipótesis que relaciona la pérdida de pelo dentro del linaje de los homínidos con la incapacidad de los bebés para aferrarse a sus madres, lo que requiere que las madres caminen erguidas para cargar a sus bebés. Sin embargo, queda una pregunta para este modelo: ¿qué provocó la pérdida de cabello que resultó en caminar erguido?

Pelos y garrapatas

Como sugiere este estudio la razón podría basarse en la proliferación de las garrapatas, seleccionando la pérdida de cabello en los homínidos y el comportamiento de aseo en los chimpancés como estrategias divergentes contra ellas.

Se argumenta entonces que estas estrategias divergentes contra las garrapatas dieron como resultado diferentes métodos para llevar bebés, impulsando la divergencia locomotora de humanos y chimpancés. Concretamente, los antepasados humanos perdieron el pelo, y empezaron a andar erguidos por proteger a sus hijos. Los antepasados de los chimpancés, sin embargo, tendieron a usar acicalamiento para protegerse, y tenían a sus bebes sobre la espalda para andar de forma cuadrúpeda.

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Una gran ventaja de la bipedestación es que nos permitió ahorrar energía al desplazarnos. Por esa razón, un chimpancé apenas camina unos 2 o 3 kilómetros al día.

Paralelamente, como ya observó Charles Darwin, liberar las manos gracias a la bipedestación, junto al aumento del tamaño del cerebro, también facilitó la fabricación de herramientas, la cognición y hasta el lenguaje. Sin embargo, el bipedismo también trajo aparejados algunos inconvenientes, como el dolor de espalda: nuestra columna vertebral no está bien diseñada para el bipedismo, así que somos una especie que tiende a sufrir dolores lumbares persistentes.

En definitiva, los homínidos, en aras de aumentar su inteligencia, pagaron un alto precio. Una constelación de ventajas / desventajas que contribuyeron en el aumento del tamaño de nuestro cerebro y su densidad de conexiones. Una serie de tributos que podéis explorar más en profundidad en el siguiente vídeo:

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