Escolarizando a los niños pobres con un ordenador

Escolarizando a los niños pobres con un ordenador
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En el mundo todavía hay un 23 % de niños que no están escolarizados. Imaginad cómo cambiaría la vida del planeta Tierra si, de repente, toda esa masa de personas adquiriera unas competencias intelectuales y culturales básicas. El problema es: ¿cómo lo hacemos?

Uno de los padres fundadores de la Era de la Información, el popular Nicholas Negroponte, lo tiene claro: si queremos educar a todos esos millones de niños de una forma rápida y barata necesitamos usar ordenadores.

La primera vez que Negroponte tuvo esta idea fue en 1992. Aliado con Seymour Papert, pionero de la inteligencia artificial, adquirió un puñado de ordenadores Apple II para entregarlos a niños en edad escolar de Dakar, en el Sengal. Lo que advirtió Negroponte en este primer acercamiento de la tecnología a niños de ámbito rural es que éstos se aficionaban tan rápidamente a ella como los niños de ámbito urbanita.

La primera palabra aprendida: Google

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Convencido de que éste era el camino correcto, Negroponte fundó la “Escuela del futuro”, que llevó los ordenadores a las aulas. En 1999, comenzó a crear las primeras escuelas en Camboya. A cada estudiante le facilitaron un portátil y una conexión a Internet. La primera palabra que aprendían en inglés, en su mayor parte, fue Google.

El problema es que el mercado todavía no encuentra incentivos para crear ordenadores de bajo coste. Así que en 2005, Negroponte creó Un Portátil para cada Niño (OLPC, One Laptop Per Child). Tal y como lo explica Peter H. Diamandis en su libro Abundancia:

Aunque el legendario ordenador de cien dólares de PVP todavía se tiene que materializar (actualmente está en torno a 180 dólares), OLPC ha entregado portátiles a tres millones de niños en el mundo. Dado que la iniciativa está basada en el modelo educativo “aprender haciendo”, los exámenes “basados en la memorización” y otras formas de medir el aprendizaje no se aplican. Pero sí hay otras maneras de medirlo. “La prueba más convincente que he encontrado de que este programa funciona”, dice Negroponte, “es que allí donde vamos, el absentismo escolar desaparece, y vamos a algunos lugares en los que es tan alto como el 30 por ciento de los niños, y de pronto se reduce a cero.

La iniciativa OLPC ya opera en la educación primaria de Uruguay, y en abril de 2010 empezó a asociarse con países del este de África, a los que se envió 15.000.000 de portátiles a niños de Kenia, Uganda, Tanzania, Ruanda y Burundi.

Gracias al abaratamiento de las tablets, el sueño de Negroponte podría hacerse realidad mucho más rápido. Si bien los smartphones que ahora se están desarrollando ya tienen precios asequibles, Negropoten piensa que:

El móvil inteligente no es el aparato adecuado para proporcionar educación, argumentando que las tabletas ofrecen lo que él llama “la experiencia del libro”, que considera fundamental para aprender.

Sea como fuere, podemos depositar un poco de optimismo en esa hibridación que empieza a constituir educación y tecnología.

Imágenes | RudolfSimon | "Fuse Project"

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