Enernet: el equivalente de Internet para la electricidad

Enernet: el equivalente de Internet para la electricidad
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La red eléctrica, con toda su telaraña de cables de alta tensión, todavía no se puede gestionar de un modo tan preciso como se hace con Internet. Por ello, Bob Metcalfe compara la actual red eléctrica con los orígenes de la telefonía: una red tonta, compartimentada, escasamente interconectada.

Metcalfe, experto en inversiones relacionadas con la energía, es fundador de 3Com Corporation y socio general de Polaris Venture Partners. Fue también uno de los creadores de Arpanet y de Ethernet. También de él procede la Ley Metcalfe: el valor de una red de comunicaciones aumenta proporcionalmente al cuadrado del número de usuarios del sistema. Y confía en que la red eléctrica debe sufrir una revolución semejante a la que las telecomunicaciones ha sufrido gracias a Internet.

Metcalfe considera que en la futura red eléctrica deberán desaparecer las distinciones entre producción, distribución, detección, control, almacenamiento y consumo.

Y que será una red de malla distribuida que permitirá el intercambio de energía entre una multitud de productores y consumidores de redes locales. Y que se almacenará la energía en mil dispositivos: aparatos eléctricos, en casa, en el coche, en el edificio, en la comunidad, etc.

Cada aparato que consuma energía podría tener una IP, como los aparatos que se conectan a Internet. Aunque existen diez veces más conexiones a la red eléctrica que a Internet, lo cual también constituye una ventaja a la hora de formar una red inteligente. Todos los aparatos conectados comunicarán su consumo de energía, y se apagarán ellos mismos cuando no se necesiten.

La visión de Metcalfe, en sus propias palabras, extraídas del libro Abundancia, de Peter H. Diamandis, es la siguiente:

Cuando empezó a explotar el tráfico de Arpanet, nuestra primera reacción fue tratar de embutirlo a través de la antigua infraestructura de AT&T centrándonos en la eficiencia de compresión. Consideramos los datos del mismo modo que tratamos de conservar la energía hoy en día. Entonces, como ahora, el problema era una red centralizada insuficientemente resistente como para cubrir nuestras necesidades. Pero, cuarenta años después de Arpanet, el problema no es de conservación; de hecho, estamos inundados de información. En última instancia, la arquitectura de Internet ha permitido un crecimiento en el flujo de datos multiplicado por un millón.
De modo que, si Internet es nuestra guía, cuando seamos capaces de crear la red de energía de la siguiente generación (lo que llamo Enernet), creo que estaremos inundados de energía. De hecho, cuando ya tengamos Enernet, creo que tendremos tal abundancia de energía que la derrocharemos.

Sin duda. Metcalfe podría entrar también en la lista de las personas que más están cambiando el mundo.

Imagen | Josean Prado

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