Las cabinas de bronceado deberían llevar una advertencia como la de las cajetillas de tabaco

Las cabinas de bronceado deberían llevar una advertencia como la de las cajetillas de tabaco
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Al igual que las cajetillas de tabaco muestras imágenes espantosas de unos pulmones o duras advertencias de las consecuencias del tabaco, la FDA (la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos), propone que los fabricantes de cabinas de bronceado también adviertan de los riesgos de su uso. Además, proponen que los menores de 18 años no puedan usarlas. California fue el primer estado en prohibírselas a los menores de 18 años (la misma norma existe en España) y, detrás, siguieron su ejemplo países como Brasil, Australia e Inglaterra, que decidieron ser aún más drásticos.

Y es que los riesgos que entrañan estas cabinas que te ofrecen un bronceado rápido en pocas sesiones no son nada desdeñables: la probabilidad de que sus usuarios habituales desarrollen un melanoma aumenta hasta el 59%.

La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, de la OMS, ya había incluido el bronceado artificial entre los factores que originan cáncer, situándolos en el primer grupo de cancerígenos, equiparándose los efectos que el tabaco produce en los pulmones, pero en la piel: la radiación ultravioleta daña el ADN de las células de la piel.

Según la Academia Española de Dermatología y Venerología, la proliferación de cabinas de bronceado en España es una de las causas del crecimiento del melanoma.

Según un estudio publicado en el British Medical Journal en 2013, de los 63.942 casos de melanoma que se diagnostican en Europa cada año, un 5,4% (3.438) están relacionados con el uso de las cabinas de bronceado.

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