¿Sigue siendo rentable económicamente ir a la universidad?

¿Sigue siendo rentable económicamente ir a la universidad?
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La mayoría e la gente que acude a la Universidad no lo hace con el ánimo de ampliar su cultura, satisfacer su hambre epistémica o, acaso, responder a las grandes preguntas que acucian al ser humano. Un universitario, a grandes rasgos, busca un trabajo mejor remunerado.

En ese sentido, pues, cabe preguntarse si acudir a la universidad es cada vez más rentable, al menos en el ámbito estadounidense, donde los nuevos graduados tienen dificultades para encontrar trabajo, y otros muchos deben aceptar trabajos para los que se sienten sobrecualificados. Además, la deuda de los estudiantes ha superado el billón de dólares.

Frente a las estadísticas, parece que, aún hoy, tener un título universitario continúa siendo muy valioso, pues la brecha salarial entre los universitarios y el resto de personas es ahora más profunda que nunca, según un análisis de las estadísticas del Departamento de Trabajo realizada por el Instituto de Política Económica de Washington. La tasa de desempleo en abril para las personas entre 25 y 34 años de edad con un título universitario era un mero 3 %.

Según David Autor, un economista del MIT, la razón de esta brecha salarial hay que buscarla en el hecho de que no hay suficientes universitarios, a pesar de que nos parezca lo contrario. Tal vez muchos ya no acuden a la universidad porque perciben la idea de que no es útil, o leen las opiniones de expertos que asumen que los títulos universitarios se han devaluado. Pero según Autor, no acudir a la universidad, a nivel puramente crematístico, es una mala decisión.

A pesar, incluso, del alto coste de acudir a la universidad, según el propio Autor, no tener un título universitario equivale a dejar de ganar 500.000 dólares. Es decir, que a largo plazo compensa la inversión. Para llegar a esa cifra, Autor calcula el coste real de la matrícula y cuotas. Esta cantidad se resta de la brecha de por vida entre los ingresos de los graduados universitarios y graduados de secundaria. Después se ajusta por la inflación y el valor temporal del dinero.

Así pues, en el ámbito estadounidense, ya sea por la calidad de sus estudios, el hecho de que los empleadores se fíen del aval de dichos títulos, o de que las universidades sean un buen lugar para hacer contactos sociales económicamente importantes, ir a la universidad resulta altamente rentable. Sobre todo si hablamos de universidades que pertenecen a la Ivy League, como Harvard o Yale. Aunque, según nos contaba hace un tiempo Malcolm Gladwell, no siempre parece mejor estudiar en la universidad más prestigiosa.

Vía | New York Times

Foto | annenberg hall (CC)

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