Terrorismo matemático

Terrorismo matemático
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Las leyes matemáticas describen aspectos de la realidad fuera de toda duda. Las órbitas planetarias, los patrones geométricos en las conchas de ciertos molúscos, las proporciones, permiten obtener predicciones acerca de grandes masas de elementos por medio de la estadística, y al parecer permiten modelar la ocurrencia de acciones terroristas en el tiempo.

Entendámoslo bien, el estudio que voy a citar pretende modelar simplificadamente el número de acciones terroristas que implican n víctimas. Por estar así descritas, el número de acciones terroristas de esa clase al año resulta ser proporcional a n elevado a una determinada potencia. Por aclararlo una vez más, esto es un modelo simplificado, ahora explicamos las bases, pero es significativo el interés de aplicar las matemáticas no sólo a la realidad física, sino a los comportamientos humanos.

A raíz del estudio de algunos de los más recientes conflictos bélicos, analizando los datos el Profesor Neil Johnson de la Universidad de Oxford constata no sólo que la ocurrencia de conflictos bélicos sigue razonablemente una ley de potencias, sino que además el exponente al que se eleva la base es casi siempre del mismo valor, en concreto en torno a -2.5.

Como ejemplo, el profesor Johnson ha estudiado los conflictos de Colombia, la guerra de Irak, la tasa de ataques terroristas en paises que no pertenecen al G7, y la guerra de Afganistan. en todos ellos el valor se ha situado fielmente en torno al -2.5. Dada la coincidencia, se preguntan si existe algún patrón subyacente con una cierta forma a estos movimientos. La verdad, y antes de seguir, esto es más bien un ejercicio de abstracción, en el que las actividades individuales de los grupos organizados forman parte de una especie de "mundo visto de manera global". Quero decir que el nivel en el que se analizan estos hechos está por encima del nivel de individuo, se analiza de la misma manera que pueda analizarse una bandada de aves migratorias, o los vientos, las mareas y, por qué no, los flujos migratorios de la sociedad.

Dicho esto, que no es más que la razón por la que le presto atención al artículo que referencio abajo, seguimos.

El modelo en cuestión es, volvemos a repetir, sencillo. El caso es comprender qué se persigue con un modelo matemático, no reproducir exactamente la realidad, sino descubrir patrones, obtener pistas acerca de la realidad, y poder hacer cierto tipo de predicciones (matemáticas) con algún tipo de utilidad.

Los grupos “terroristas” se representan compuestos por un número fijo de unidades de ataque (equipamiento, información, en fin, no sólo personas, sino todo lo que pueda realizar un ataque), pequeños, y con capacidad para unirse con otros grupos para formar grupos más grandes. Asimismo, la capacidad de producir daño de un grupo tiene el valor 1, significando que una acción del grupo terminará con una víctima mortal. La asociación de varios grupos dará como resultado de la acción un mayor número de víctimas, como es lógico pensar.

¿Cómo evolucionan estos grupos? Esto es clave para el modelo. El propuesto por Johnson describe la evolución de los grupos de la siguiente manera: un grupo es escogido de manera aleatoria. Constará de cierto número de integrantes, y será escogido con probabilidad proporcional a su tamaño. Además, el 1% de las veces el grupo se disolverá en unidades más pequeñas, mientras que el resto de las veces, se unirá formando grupos mayores.

Estas son las reglas de este modelo, sencillo a más no poder, y según la fuente, bastante acertado. Hay que decir que se puede pensar que es exagerado asignar a un grupo individual una muerte, pero como siempre, hablamos de abstracciones matemáticas, donde normalmente se trabaja con estimaciones y medias, todas ellas basadas en trabajos anteriores de documentación y estudio estadístico sobre los registros de los conflictos. A partir de ahí, el desarrollo del modelo matemático sigue una lógica que muchas veces da buenos resultados. Como siempre decimos, plantear el modelo no es el mayor problema. Verificar que es correcto y que modela bien la realidad, sí. Y en eso están, esperando que haya futuras guerras para comprobarlo. Yo prefiero pensar que está bien, y dejarlo estar, no necesitamos más guerras.

Vía | Physorg

Artículo base | Universal patterns underlying ongoing wars and terrorism

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