Es tan probable que fallezcas viajando a Lourdes como que te curen en Lourdes

Es tan probable que fallezcas viajando a Lourdes como que te curen en Lourdes
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La supuesta faceta milagrosa de Lourdes atrae cada año a miles de personas convencidas de que serán curadas de sus enfermedades incurables.

A pesar de que las curaciones milagrosas no tienen sostén científico, lo cierto es que en ocasiones se producen, de alguna manera, o más concretamente se producen las llamadas “remisiones espontáneas”, el término científico que se usa para designar los casos inexplicables en los que una enfermedad desaparece de una manera repentina.

Si dejamos aparte la crueldad y el arbitrio que supone que, para curarse, uno deba desplazarse hasta Lourdes y que, en consecuencia, millones de habitantes de países subdesarrollados mueran de enfermedades pavorosas sin la posibilidad de tomar un vuelo Air Lourdes, la verdad es que las estadísticas relegan a la categoría de anécdota la llamada remisión espontánea en Lourdes.

Si combinamos cualquier tipo de cáncer, argumenta Carl Sagan en su libro El mundo y sus demonios, el índice de curas espontáneas se estima entre 1 de cada 10.000 y 1 de cada 100.000. Es decir, si el 5 % de los peregrinos que visitaron Lourdes fueran a curarse de cáncer, “habría entre cincuenta y quinientas curaciones ‘milagrosas’ de dicha enfermedad”.

Pero en Lourdes sólo 3 de cada 67 curaciones oficinales guardaban relación con el cáncer. Es decir, tal y como concluye Sagan: el índice de remisión en Lourdes parece ser menor que si las víctimas se hubieran quedado en casa. Las probabilidades de una cura milagrosa en Lourdes son de 1 entre un millón, así que:

Aproximadamente tenemos las mismas posibilidades de recuperarnos después de visitar Lourdes que de ganar la lotería o de morir en un accidente de aviación seleccionado de una manera aleatoria, incluido un vuelo que nos llevara a Lourdes.

En conclusión, si os queréis curar a través de presuntos poderes divinos, mejor os quedáis en casa.

Vía | El mundo y sus demonios de Carl Sagan

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