Siete sorprendentes experimentos con la tensión superficial de un líquido

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La tensión superficial, en un líquido, es la cantidad de energía que se necesita para incrementar su superficie por unidad de área. Es como una suerte de piel que rodea el líquido y permite, por ejemplo, que algunos insectos puedan posarse en su superficie sin hundirse. En cambio, si apoyamos un objeto que rompan esta piel o película, el grosor del mismo es suficiente para que estas fuerzas no se manifiesten.

Este fenómeno tiene su origen en las fuerzas intermoleculares o de Van der Waals: las moléculas situadas en la superficie sólo se ven afectadas por las vecinas que tienen por debajo. En cambio, si apoyamos un leño, el grosor del mismo es suficiente para que las fuerzas de Van der Waals no se manifiesten. Para mostrarnos visualmente lo que da de sí la tensión superficial, en el vídeo que encabeza esta entrada podéis contemplar siete experimentos fascinantes con ella.

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