El esquivo concepto de “energía”, según Feynman

El esquivo concepto de “energía”, según Feynman
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El término “energía” se ha convertido en una palabra comodín empleada por cultivadores de las pseudociencias: que todos somos energía, que he notado una energía, que tienes las energías muy negativas, que he notado una energía en esta casa abandonada, etc. Una palabra comodín que, a marchas forzadas, parece estar siendo sustituida por “cuántico”. Tiempo al tiempo.

La energía da tanto juego porque, en parte, es un termino poroso, de difícil definición, conceptualmente complejo. Que se lo digan al físico Richard Feynman.

Después de la Segunda Guerra Mundial, Feynman fue invitado a participar en la comisión curricular de California con el objetivo de escoger libros de texto de ciencias para los estudios de secundaria de ese Estado. Feynman, sin embargo, no tardó en descubrir que los libros de texto que abordan el tema de la energía, más que aclarar conceptos, parecían oscurecerlos.

A punto de declararse por vencido, dio por fin con un libro cuyo inicio prometía, tal y como explica Maria Kunnikova en ¿Cómo pensar como Sherlock Holmes?:

bajo las fotografías de un juguete de cuerda, un automóvil y un niño en bicicleta aparecía la pregunta: “¿Qué hace que se muevan?”. Pensó que por fin había hallado algo que explicaba la ciencia básica partiendo de los fundamentos de la mecánica (el juguete), la química (el automóvil) y la biología (el niño). Pero su entusiasmo duró muy poco. En lugar de una explicación, algo que alentara una verdadera comprensión, se encontró con estas palabras: “La respuesta es energía”. Sin embargo, preguntas como qué es la energía, por qué hace que se muevan, cómo lo hace… ni siquiera se planteaban y menos aún se respondían. Como dijo el mismo Feynman, “energía no significa nada… ¡No es más que una palabra!”. En lugar de aquello, señalaba: “Los que [los niños] deberían hacer es mirar el juguete de cuerda, ver que dentro hay un resorte, aprender sobre los resortes y los muelles, aprender sobre las ruedas, y no preocuparse de la energía. Más adelante, cuando ya conozca mejor cómo funciona el juguete, podrán abordar los principios más generales de la energía.
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