Singularidades extraordinarias de animales ordinarios (XXII): la foca

Singularidades extraordinarias de animales ordinarios (XXII): la foca
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Todos quedamos conmovidos al contemplar las fotos en las que cazadores dan un golpe de gracia a las focas, salpicando de sangre la inmaculada superficie blanca de la nieve. Estas imágenes, sumadas al aspecto casi fetal de la foca, han provocado que la gente considere cándidos y adorables a estos animales.

Nada más lejos de la verdad. La foca es un animal sanguinario, una peligrosa máquina de matar, un submarino de guerra aficionado al sexo duro y brutal.

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-Una foca puede ser tan peligrosa como un oso, así que huid de ella. Además, las focas son muy crueles, incluso con sus seres queridos. Basta con echar un vistazo a la forma que tiene de matar una foca leopardo a un pingüino.

-La violencia entre machos es brutal. Y cuando se desata una pelea, los espectadores también salen mal parados.

-En el mar, la foca aún es más peligrosa, pues cazando en el agua es dos veces más eficaz que un león en tierra firme. Las focas elefantes pueden bucear durante 2 horas seguidas y alcanzar profundidades de 1.500 metros. Para ello, expulsan todo el aire de los pulmones para evitar el mal del buzo y sobrevivir con el oxígeno que absorbe la sangre. Al bucear rebajan su ritmo cardíaco de 90 pulsaciones por minuto a… ¡4 pulsaciones por minuto!

Para sumergirse más rápido, algunas incluso se tragan rocas.

-El sexo de las focas es propio de una película de pornografía bizarra. El elefante marino del sur, en ocasiones, durante el coito, se deja llevar por la pasión y acaba aplastando el cráneo de la hembra entre sus enormes mandíbulas. Cuando la foca monje de Hawai entra en celo, se arriesga que ser atacada en masa por una banda de machos excitados, en plan grupo de hooligans a la salida de un partido de fútbol.

Tanto es así que, para salvar a la especie de la extinción, se están administrando medicamentos supresores de la libido a los machos.

Vía | El pequeño gran libro de la ignorancia (animal) de John Lloyd

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