Singularidades extraordinarias de animales ordinarios (IX): la cabra

Singularidades extraordinarias de animales ordinarios (IX): la cabra
Facebook Twitter Flipboard E-mail

¿Os acordáis de aquella disparatada secuencia de la película de Los Simpson en la que Homer canta aquello de “Spider Pig, Spider Pig” imitando la sintonía de la serie antigua y cutre de Spiderman? Sin duda, en vez de habérselo cantado a un cerdo debería haberlo hecho a una cabra, pues las arañas y las cabras tienen más cosas en común de lo que pensamos. “Spider Cabra, Spider Cabra…” (Por cierto, también podéis leer el artículo dedicado a la araña que escribimos hace unos días).

-Las cabras son capaces de trepar los árboles y subir por los acantilados casi verticales, tal y como haría Spiderman. Esto es posible porque sus pezuñas están provistas con almohadillas interiores blancas que se adhieren a las rocas como almohadillas de succión. Sus pezuñas cortas actúan como picahielos para el descenso, como un escalador bien equipado.

Un vistazo a…
ANIMALES 3D en TU CASA | Así es la nueva función de GOOGLE

-El otro punto coincidente con las arañas es que en 2002 se implantó un gen de araña a un rebaño de cabras canadienses. Después de ordeñar la leche y extraer la proteína, se obtuvo una fibra idéntica a la seda de araña. Seda que se ha patentado como BioSteel.

-La cabra fue el primer herbívoro que se domesticó, hace 10.000 años, en las montañas de Irán.

-A la hora de comérnoslas no deberíamos tener tantos remilgos: las cabras producen más leche que las vacas en relación a su tamaño, y también su leche es más rica en proteínas y calcio, y tiene menos lactosa, que la de vaca. La carne de cabra es muy sana y tiene mucha menos grasa y colesterol, y más hierro, que la de cordero o ternera. No en vano, la carne de cabra se consume en el mundo en mayor proporción que la carne de cerdo o de pollo.

-Incluso las cabras son buenas mascotas y extremadamente limpias y escrupulosas: si la saliva de otra cabra toca su comida, o si ésta tiene el más leve signo de suciedad, se niegan a comerla. Así que si os da pena comeros una vaca, os recomiendo la estrategia que empleaba Alexander Selkirk, el náufrago que inspiró la historia de Robinson Crusoe: marcar las orejas de las cabras “que más le gustaban” para evitar comérselas.

-El único inconveniente es el olor. Un olor a sobaquina. Porque lo producen las mismas bacterias que hacen que nuestras axilas expelan su tufo insoportable, junto a una combinación de ácidos grasos presentes en la leche y en la carne.

-El conocimiento humano no sería lo mismo si no fuera por las cabras: durante mil años, la sabiduría se recogió en pergaminos de piel de cabra.

Así es la cabra. Como Spiderman. Buena mascota, muy remilgada. Apestosa. Y biblioteca andante de nuestros conocimientos primigenios.

Vía | El pequeño gran libro de la ignorancia (animal) de John Lloyd

Comentarios cerrados
Inicio