La tecnología espacial ayuda a crear hígados artificiales

La tecnología espacial ayuda a crear hígados artificiales
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Un grupo de científicos de Electrospinning Company, un spinout del Consejo de Instalaciones Tecnológicas y Científicas de Reino Unido ha encontrado una manera de imitar la estructura celular del hígado. Este descubrimiento podría darnos la posibilidad de producir células de hígado para ayudar a restaurar determinadas funciones de órganos dañados o una alternativa a las pruebas sobre hígados de animales vivos.

Los investigadores han desarrollado una técnica capaz de producir una malla de fibras de polímero, 100 veces más delgadas que el cabello humano, alrededor de las cuales pueden cultivarse las células hepáticas.

Según Ann Kramer, de Electrospinning Company, el reto es crear el entorno adecuado para que las células crezcan.

El proceso implica el uso de tensión eléctrica para extraer una fibra muy delgada de material a partir de una solución en un tambor giratorio donde se forma una malla. El sistema utiliza una boquilla especial diseñada para aplicaciones espaciales que ayuda a alimentar la solución en el tambor de la manera más precisa posible.

Esto, junto con las condiciones químicas y ambientales adecuadas, permite producir una malla irregular que imita la matriz extracelular del hígado.

Aunque producir un hígado entero en laboratorio está todavía muy lejos, Kramer espera producir un prototipo para realizar pruebas in vitro de fármacos en los próximos 12 meses.

El empleo de grupos de células hepáticas en laboratorio podría proporcionar una manera más eficiente de experimentar nuevos medicamentos, que las actuales pruebas basadas en el uso de hígados artificiales y un método menos controvertido que la utilización de animales de experimentación.

Un objetivo todavía más ambicioso es convertir estas células en “organoides”, versiones en miniatura de órganos incipientes, que luego podrían ser implantados en hígados dañados, lo que permitiría a los médicos a restaurar parte de las capacidades de los órganos sanos.

El equipo está trabajando en producir un organoide que pueda restaurar la capacidad del hígado, ausente en los hemofílicos, consistente en producir una sustancia química llamada factor VIII, que es la responsable de la coagulación de la sangre.

Vía | theENGiNEER

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