La dieta más voraz y restrictiva: la del Panda

La dieta más voraz y restrictiva: la del Panda
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De todas las especies de osos que conocemos, el panda gigante tiene la dieta no solo más voraz, sino también más restrictiva: básicamente solo puede comer un alimento, el bambú.

Y lo come en cantidades enormes.

Poco nutrientes

Más del 99% de la dieta del panda gigante la constituye el bambú. El 1% restante son otros vegetales, aves y roedores pequeños. En cautividad también ingiere huevos, fruta, miel y pescado.

La cuestión es que el panda gigante centra tanto su dieta en el bambú que, precisamente por esa razón, debe comer cantidades muy elevadas: el bambú es una fuente de proteína muy pobre, lo que le impide extraer suficientes nutrientes si comiera una cantidad normal.

Por esa razón, el panda gigante debe ingerir hasta 14 kg de brotes de bambú al día para mantenerse saludable. Es decir, que llega a consumir diariamente el 38% de su propio peso solo en bambú. Por si fuera poco, solo es capaz de digerir hasta el 21% de todo el bambú que come, así que, durante el invierno, también está obligado a seguir comiéndolo, en vez de hibernar como el resto de osos.

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Todo esto provoca un estilo de vida ciertamente curioso: el panda gigante debe dedicar hasta 15 horas diarias a comer. Y su afán por encontrar bambú para sobrevivir es tal que, gracias a su afinado sentido del olfato, pueden encontrarlo por la noche, sin necesidad de verlo (además, el panda gigante es muy corto de vista).

También en bambú es la razón indirecta de que el panda gigante esté en peligro de extinción. Como su dependencia a este alimento es tal, y como durante muchos años se fueron destruyendo parte de los bosques que habitan para su trasformación en campos de cultivo, esto supuso una grave amenaza para los pandas cuyas poblaciones se vieron reducidas y se fueron quedando cada vez más aisladas.

Toda la población mundial de pandas gigantes es originaria de China. Los zoos que los mantienen en cautividad requieren de una inversión tan grande en producción de bambú y seguridad, que su coste quintuplica el coste de mantener la segunad especie más costosa: el elefante.

Afortunadamente, la población de pandas gigantes se elevó un 17% en 10 años, entre 2004 y 2014, en su hábitat natural, que en su momento fue prácticamente todo el sur de China. Es decir, se pasó de 1.596 a 1.864 pandas gigantes en libertad. Eso ha permitido afirmar que ya no están oficialmente "en peligro de extinción", aunque siguen siendo "vulnerables".

Con todo, si queréis ver pandas, mejor que verlos en la naturaleza y afectar a su ecosistema, será acudir a un hotel de pandas donde los empleados de hotel se disfrazan para ti. Sí, existe. Y, naturalmente, está cerca de estas reservas naturales de pandas.

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