Esta rata es inmune al dolor y ahora sabemos la razón

Esta rata es inmune al dolor y ahora sabemos la razón
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La rata topo desnuda (Heterocephalus glaber) es inumne al dolor, al menos lo suficientemente inmune como para inmutarse si mordisquea una guindilla o el agua en la que está sumergida es demasiado caliente.

Investigadores del centro Max-Delbruck de Medicina Molecular de Berlín acaban de publicar en Cell Reports un estudio donde han descifrado el mecanismo molecular que impide que el cerebro de estos animales registren el dolor.

Según explica el autor principal de este estudio, Gary R. Lewin:

Creemos que la evolución ha seleccionado para esto un truco muy sutil que consisten en hacer que la señal del dolor se vuelva parcialmente no funcional, pero no totalmente, sino solo suficiente para que no se convierta en un peligro para el animal.

¿Para qué sirve el dolor?

El dolor no es más que información (del tipo, sal de aquí o vas a morir o deja de hacer eso o puedes sufrir daños irreparables), de modo que la selección natural ha porfiado en mantenerlo como el principal sistema de supervivencia de muchos animales. Sin embargo, ¿por qué no sucede así en la rata topo desnuda?

Probablemente porque vive en el infierno, metafóricamente hablando, y sentir dolor todo el tiempo no le ayudará a sobrevivir mejor en su hábitat: túneles subterráneos que excava en las sabanas del este de África (Etiopía, Somalia y Kenia), escasos niveles de oxígeno y bastante calor en general.

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A pesar de este hábitat tan poco apropiado para la vida, este roedor es capaz de vivir hasta 30 años, incluso más. También parecen ser resistentes al cáncer, una patología asociada generalmente al envejecimiento, además de otros problemas vinculados con la senectud. Y, por supuesto, está su insensibilidad a determinados dolores (los que generalmente sufrirá en su hábitat).

En respuesta a las altas temperaturas y la inflamación, una molécula llamada factor de crecimiento nervioso (NGF, por sus siglas en inglés) se envían señales a las neuronas sensoriales, pero no es lo que sucede con estos roedores, pues tiene lugar un pequeño cambio en la primera etapa, que empiezan en un canal celular llamado TRPV1. La rata sentirá dolor, pero mucho más leve, unas tres veces inferior al que sentiría otro mamífero.

La evolución puede haber seleccionado un receptor TrkA que funciona lo suficientemente bien como para que los animales se desarrollen durante el proceso embrionario, pero deja los adultos con un menor número de receptores nerviosos y parcialmente libre de dolor. La pérdida de la hiperalgesia térmica podría ayudarlas a sobrevivir en sus concurridas colonias subterráneas, con muchos individuos, donde el contacto cercano puede ser incómodamente caliente y la hiperalgesia térmica puede no ser útil en un entorno tan cálido

Vía | ABC

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