El bicho más raro del mundo se encontró en una pirámide en el mar

El bicho más raro del mundo se encontró en una pirámide en el mar
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Hay bichos que se consideran raros no tanto por sus particulares biológicas sino porque hay muy pocos ejemplares del mundo. Es el caso del insecto palo de la isla de Lord Howe (Dryococelus australis), un bicho que ya se consideraba extinto (el último fue visto en 1920), pero que en el año 2001 se encontraron aún algunos ejemplares vivos (a este fenómeno se le llama taxón lázaro).

Lo que aún torna más rara la historia es que este insecto se encontró es un islote con forma de pirámide que emerge en mitad del Atlántico (y tiene una altura que equivale a seis veces la Estatua de la Libertad). No en vano, se llama Pirámide de Ball, y podéis leer más sobre ella aquí.

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Así pues, estos rarísimos ejemplares de insectos que ya se creían extinguidos se encontraron justo en un trozo de roca que salía del mar, pero además no en toda la roca, sino en un punto extremadamente especifíco: este insecto palo vive en un área 6 x 30 m. a una altura de 100 m. por encima de la línea de costa, bajo un único arbusto de Melaleuca howeana.

El arbusto crecía en una grieta pequeña, donde el agua se filtraba por las grietas de las rocas subyacentes.

En 2001, el equipo de entomólogos y conservacionistas que aterrizó en la Pirámide de Ball para trazar un mapa de su flora y fauna, se topó casualmente con este grupo de insectos. Solo había 24 ejemplares.

Los únicos que quedaban en la Tierra (que se supiera): tenía la apariencia de la madera y un exoesqueleto de camuflaje: los europeos lo llamaron “langosta de árbol” y los pescadores lo usaron como cebo hasta 1918. Así pues, dos parejas fueron llevados a dos zoológicos del Pacífico para criar nuevas poblaciones, motivo por el cual se le ha llamado "el insecto más raro del mundo".

Pueden llegar a medir hasta 15 centímetros y a pesar hasta 25 gramos, y las hembras son más grandes que los machos. Y ahora son insectos un poco menos raros: después de muchas dificultades, se consiguió criarlos en cautividad, y ahora ya contamos con unos pocos cientos de ejemplares.

La Pirámide de Ball, por otra parte, es uno de los lugares conocidos más aislados del planeta. Al igual que la isla de Lord Howe, de la que está separada por 23 kilómetros, es administrada por el estado australiano de Nueva Gales del Sur, y aunque es un codiciado destino para escaladores de todo el mundo, debido a su flora y fauna se han limitado muchísimo las licencias para poder visitar la isla.

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