Nuevo récord de antigüedad

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El Telescopio espacial Hubble, ojo gigantesco de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), ha conseguido captar la que puede ser la galaxia más distante jamás identificada en el Universo. Tan remota, que la luz que ahora vemos en las imágenes hechas públicas en la revista «Nature» fue emitida hace 13.200 millones de años, solo 480 millones de años después del Big Bang, la gran explosión que dio origen a todo.

Detectar algo tan lejano y primitivo en el espacio resulta algo casi milagroso. El mérito del hallazgo se lo lleva, en gran parte, la reciente instalación de la Cámara de Gran Angular 3 (WFC3) en el Hubble, un instrumento que ha realizado un trabajo elogiable.

Su potencia ya había permitido con anterioridad detecciones fiables de galaxias que tienen unos 600 millones de años. Ahora, el equipo del investigador Garth Illingworth, profesor de Astronomía y Astrofísica en la Universidad de California Santa Cruz y uno de los responsables de la investigación, ha conseguido llegar aún más lejos, al filo de la llamada «edad oscura», la época tras la que aparecieron las primeras estrellas y de la que aún se sabe muy poco.

La galaxia recién detectada es unos 120 millones de años más vieja que la que llevaba el récord de lejanía y antigüedad, (también descubierta por el Hubble y cuya edad fue confirmada a finales del pasado año por otro equipo científico).

Para calcular distancias espaciales, los astrónomos utilizan una medida denominada ‘desplazamiento hacia el rojo‘ (‘redshift’ en inglés), que es una medida de la velocidad y de la distancia. Un objeto con un desplazamiento al rojo z=10 está aproximadamente el doble de lejos que uno de z=5.

La galaxia ganadora tiene un corrimiento al rojo de 10,3. La que le sigue, un 8,6. Parece una tenue mancha de luz, pequeña si se compara con las galaxias vecinas a la nuestra y con la propia Vía Láctea, (hay un vídeo en el vía que se ve perfectamente).

Como el Universo está en expansión, los objetos a velocidades crecientes presentan ‘redshifts’ crecientes. Asimismo, como la velocidad de la luz es finita, cuanto más lejos está un objeto, más tarda su luz en llegarnos y por tanto, más joven lo vemos. Las galaxias más alejadas son las que se mueven más deprisa

Así habló Rafael Bachiller, director del Observatorio Astronómico Nacional, en un reportaje del periódico “El Mundo”. Para él estudiar una galaxia en este estadio tiene una importancia crucial, pues nos permite desvelar los mecanismos de ensamblaje de las primeras galaxias.

Lo mejor de todo es que la “vieja galaxia” no viene sola. Los científicos también describen la existencia de otras tres no tan distantes.

Además, han descubierto importantes cambios en las galaxias durante un período de tiempo comprendido desde 480 a 650 millones de años después del Big Bang. Parece ser que esta época fue absolutamente determinante en la construcción de las galaxias. El ratio de nacimiento de estrellas en el Universo se incrementó diez veces, algo impresionante para un período tan corto, por lo que podemos decir que el cosmos era “pura creación” en potencia.

Vía | NASA

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